Reviviendo mis 15

Es curioso como algunos hombres dinamitan con sus actos un posible feliz desenlace.

Hoy recordaba una de esas citas de las que sales queriendo llamar a todas tus amigas para contarles lo que te ha pasado y reírte un rato a costa del género masculino.

Un sábado por la noche un chico al que apenas conozcía me invita a su casa. Recuerdo que ese día me apetecía salir, hacer algo, un amante interesante me había dado plantón y necesitaba distraer mi ego. Así que me planteo seriamente esa invitación y busco referencias del anfitrión.

Él: un par de años más joven, rondando la treintena, empresario, formación universitaria... pero..." te invito a casa que hoy mis padres no están"... mierda, aquí tenía el fallo, vive con los padres.

La cita: en su casa para cenar, bueno, vamos a probar, no tenía nada mejor que hacer.

Llego a su casa y un "chico del montón" me abre la puerta. Cuando se tratan de "chicos del montón", dependerán de su labia obtener un premio u otro.

- Hola, ya está la cena hecha?- con una de mis mejores sonrisas...

- Aún no, pasa, estaba preparando una pizza- "preparando una pizza"... que generosa había sido la frase, dicha preparación consistía en sacar una del congelador y meterla en el horno.

A partir de ese momento la cita fue de mal en peor.

Me lleva a la cocina para vigilar la famosa pizza; sí, estoy hablando en singular, parece ser que con una pizza diminuta pretende alimentar a dos personas. Me siento en una de las banquetas al lado de la mesa típica de cocina: con su hule a cuadros, con los cereales de la mañana, algo de pan, el rollo de cocina... y yo esperando hacer algo entre los dos, una ensalada por ejemplo? Porque si tenemos que alimentarnos con esa pizza... voy lista.

Pues parece ser que el menú consiste en pizza congelada tamaño pequeño.

Pero aquí no se acaba mi frustración.

Mientras la pizza se va haciendo, me cuenta su currículum que en un principio parece prometedor como nuevo empresario que pretendía comerse el mundo.

Pero yo seguía preguntándome, sentada en mi taburete blanco de cocina, si propondría poner la mesa, preparar un primer plato, un postre...



Pues no, al sonar el timbre del horno, coge el trapo de cocina, saca la pizza, la corta en cuatro trozos y allí mismo, sin preparación alguna, con un romanticismo rozando cotas inimaginablemente austeras suelta un... "Ya está!"

Ya está el que??!! Pues ya estaba todo! Eso era la cena, 2 porciones de una mini pizza, sentada en taburete en la cocina, con el hule de toda la vida, una servilleta de papel y sin más cubiertos que un vaso con agua.

No me lo podía creer, no esperaba que llenara de velas la casa pero no es tanto pedir un mantel, unos cubiertos o simplemente un plato!!

Cuando hablan de hombre que te hacen sentir como si tuvieras 15 años espero que se refieran a este tipo de individuos! Si, realmente volví a revivir mis 15 años cuando salías del cole y te ibas a casa de algún amigo a merendar antes de empezar a hacer los deberes.


He de decir que después de la pizza me entró prisa por llegar a casa, darme una ducha, cenar algo más y volver a ser yo con mi trentena.

El sujetador por corbata

El sujetador siempre ha sido una prenda, para la mayoría de hombres, difícil de dominar. Segundos que se convierten en minutos, pasión que se convierte en tensión, espera que se convierte en desesperación...el Anapurna de la feminidad. Esa prenda que durante cientos de años han idolatrado y odiado a la vez.

El primer beso o acariciar su pecho por primera vez no conlleva tanta tensión como enfrentarse al sujetador.


Por lo general, el ritual siempre es el mismo: acercarse sutilmente al cierre y procurar que sin darse cuenta, el sujetador quede desabrochado en cero coma. Fácil teoría y compleja práctica. 

Muy pocos hombres me han sorprendido por la facilidad que han tenido en dicha tarea, creo que podría contarlos con los dedos de una mano. Tienen un don o han practicado mucho? Se aprende o se nace enseñado?

Aún sin tener una respuesta a la pregunta de por qué los hombres tienen serios problemas con la mayoría de cierres, hay otra situación que me viene a la mente...

Cuantas de vosotras os habéis sentido ridículamente absurdas cuando vuestro amante ha decidido que desabrochar el sujetador es una tarea demasiado compleja y que es preferible remangarlo hacia arriba con el pecho saliéndose de forma antinatural por abajo?

A qué viene ese afán por destrozar la magia del momento? No sería preferible desabrochar primero y quitarlo del todo?

La respuesta parece ser un NO, para ellos es más sencillo sacar el pecho por arriba (en el mejor de los casos) o bien por debajo del sujetador (en la mayoría de casos)  a modo de ubre.

Independientemente de lo absurda de la estampa, acaba resultando incómodo. Recordemos al público masculino, que este tipo de prendas, llevan aros que se clavan, chafan o simplemente incomodan en según qué situaciones.

Un sujetador retorcido de forma absurda, con el pecho saliendo de entre los hierros y sin más complemento que la desnudez absoluta no entra, a mi entender, en el término "sensual".


Por otro lado, ruego a los hombres que tienen un don para este tipo de situaciones, que ayuden a los más des favoridos ilustrándolos con su saber, ya que este, no ocupa lugar


Primeras citas I

Aún sin haber empezado este post, ya sé que este va a ser el Primeras citas I, y habrá un II, un III, un IV.... porque algo que llevo por la mano, a parte de preparar unos postres buenísimos; son las primeras citas, y aquí, siendo generosa voy a añadir los primeros días que conoces a alguien.

Esas primeras citas que no te dejan indiferente para bien o para mal, y las que son para mal son dignas de ser contadas.

Hoy haciendo memoria he recordado a un chico que me dejó a cuadros a la 3ª cita (si no recuerdo mal).Os pondré en antecedentes...

Un chico alto, guapo, trabajaba restaurando edificios antiguos (echo relevante si seguís leyendo), agradable... se desvivía por tenerme informada a todo momento de sus movimientos (despertarse, ducha, desayuno, comer, merendar, cenar, acostarse...), el único inconveniente: vivía lejos, a 2 horas y media en coche...Solo de pensarlo me parecía agotador, pero como a él ya le apetecía bajar, no le iba a decir que no.

1ª Cita: bajó hasta al lado de mi casa, paseo hasta la playa, tomamos algo en la terraza de un bar, buena conversación.... visto así, porque no darle una segunda oportunidad?

Justo me pilló en una época de obras en casa y como en toda obra siempre hay peros y el mío fue una pared de obra vista. Yo desesperada pensé "con tanto mensajito, hagamos que uno sea productivo", así que le conté mi problema con la pared esperando una solución. Él, siguiendo la misma tónica de adoración y macho-soluciona-problemas-a-dama-indefensa, cogió el coche y a las 2 horas y media lo tenía en frente para ver mi gran dolor de cabeza e invitarme a una pizza.

Como podéis entender, chicas, yo estaba exultante, no cabía en mí de gozo.

La última fue una cena algo más romántica que la pizza con ropa manchada de pintura. Me sugirió un bonito restaurante y allá que vamos. Buena comida, buen ambiente, buena compañía... todo iba a las mil maravillas y como buen caballero me acompaña a casa.

Una norma que tengo es no besar yo primero, no tengo ninguna prisa para conseguir ese beso, sé que si le intereso va hacerlo, y por el momento no me ha salido nada mal. Bueno, uno me tuvo hasta las 5 de la madrugada charlando en el sofá, pero a pesar de estar 7 horas de cháchara, también conseguí que él diera el primer paso, pero bueno, esa es otra historia, volvamos a la que nos ocupa.

En frente de mi casa, a dos palmos de mí, y cuando ya nos despedíamos, decide besarme, después de tanta cita y tanto mensajito, ya tocaba. De repente veo que se aparta y me pide perdón.... Como que perdón?? Yo le digo que no hay nada que perdonar y ahora si soy yo que le beso.

Esa noche no pasa a mayores, solo un beso y se va.

Cual fue mi sorpresa, cuando después de haberse recorrido cientos de kilómetros para tomar algo conmigo, empieza estar ocupado, muy ocupado, tan ocupado que nunca más se supo.

Yo pensando...no beso mal, se recorre cientos de km solo para verme, me besa y ya?!


Aquí os dejo esta gran incógnita que yo no he sabido resolver